El ámbito rural se identifica con el territorio que ocupa. Si bien, el entorno rural suele integrase de manera armoniosa con el paisaje, compatibilizando la actividad humana con la biodiversidad existente. Además, el estilo de vida en los espacios rurales se ha adaptado para obtener provecho del medio que le rodea: caza, pesca, actividades micológicas, aprovechamientos forestales, etc. Todo ello se produce de una manera respetuosa y sostenible con el entorno ya que suele proceder de costumbres muy antiguas y arraigadas.

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Los asentamientos humanos en las zonas rurales suelen encontrarse de modo disperso ya que se encuentran condicionados por las características físicas del territorio en el que se asienta lo que dificulta el crecimiento de estos y el establecimiento de población. Los términos municipales de las zonas rurales suelen ser muy extensos y abarcan zonas que superan a sus núcleos de población, muchos de ellos incorporan bosques, montañas, ríos y espacios de la biosfera que merecen protección.

Objetivos específicos

Ordenar el suelo de manera compatible con su entorno territorial.

Mejorar las infraestructuras verdes y azules y vincularlas con el contexto rural.

Conservar y mejorar el patrimonio natural y cultural y proteger el paisaje.

Por ello es importante que el desarrollo de los núcleos de población se lleve a cabo de una manera que respete todos los elementos dignos de protección en el término municipal. Asimismo, deberá protegerse la fauna existente, circunstancia que se produce con diversas herramientas jurídicas: como por ejemplo a través de zonas como ZEPA (zona especial protección de aves) y LIC (lugar de interés comunitario), que implica una necesaria actuación administrativa con carácter previo a la ejecución de obras o actividades que puedan interferir en la vida de dichos animales.

Agenda Rural Sostenible
Puntos de partida